viernes, 24 de junio de 2011

Jahangir y Jadrup





Para documentar a alguien, hace poco reuní los fragmentos del Tuzuk-i-Jahangiri en los que se alude a Gosain Jadrup, asceta hindú que despierta la admiración de Jahangir.

A diferencia de su padre, Akbar, creador de un foro de discusión interreligiosa y fundador de su propia fe, Jahangir no fue persona muy religiosa ni especialmente interesado por las religiones ni parece muy definido a este respecto. A veces se muestra violentamente intransigente (destruye templos en Pushkar escandalizado por sus ídolos; mata al gran guru sikj del momento y persigue esa fe) y otras tolerante (en su Corte siguen teniendo influyente presencia los jesuitas portugueses)

Pero el caso de Jadrup es singular. Realmente Jahangir, musulmán, le profesa verdadera devoción, como podéis ver en los siguientes fragmentos (ojo: tened en cuenta que Jahangir llama sufí o derviche a cualquier asceta, sea de la religión que sea):



...El día 2 de Isfandarmuz subí a bordo de una barca desde Kaliyadaha y me dirigí al final de la siguiente etapa. Había oído con frecuencia que un austero sanyasín de nombre Jadrup se había retirado muchos años antes a un lugar del campo cercano a la ciudad de Ujjain para dedicar sus días a la adoración del Dios verdadero. Yo sentía grandes deseos de gozar de su compañía y cuando me encontraba en Agra, mi capital, quise enviar a buscarle, lo que finalmente no hice en consideración al trastorno que esto podría causarle. Ahora, cuando me encontraba en las cercanías de la ciudad, tomé tierra y anduve un octavo de kos a pie para ir a visitarle. El lugar que había elegido para vivir era un agujero con una puerta excavado en la falda de un monte. A la entrada había una abertura en forma de nicho de la altura de un gaz y del ancho de 10 giras, y el camino desde la puerta hasta el hueco que es realmente su morada es de 2 gaz y 5 giras de longitud y 11 giras y cuarto de ancho. La altura del suelo al techo mide 1 gaz y 3 giras. La abertura que hace de entrada a su morada tiene 5 giras y media de alto por 3 y media de ancho. Sólo alguien delgado puede pasar, y sólo con cien dificultades, tal es la estrechez de la entrada. No usa colchón ni tan siquiera paja. En este lugar oscuro y estrecho pasa sus días en soledad. Nunca enciende fuego en lo fríos días de invierno, a pesar de estar casi desnudo, a excepción de un andrajo que le cubre por detrás y por delante. El mullah de Rum ha puesto en rima esta máxima derviche:

“Es el sol de día nuestra ropa,

Los rayos de la luna son de noche manta y colchón.”


Se baña dos veces al día en una poza cercana a su morada y va una vez al día a la ciudad de Ujjain, y sólo a las casas de tres brahmanes que ha elegido de entre siete, que tienen esposa e hijos y con quienes se considera en religiosa comunión y se siente tranquilo. Acepta a modo de limosna cinco bocados de lo que ellos hayan preparado para su propia comida y lo traga sin masticar para no poder disfrutar de su sabor; se asegura siempre de que no haya ocurrido una desgracia en las casas que visita, que no haya habido un nacimiento y que no haya mujer en menstruación. Es ésta su forma de vida, tal y como aquí queda descrita. No desea el contacto con los hombres pero, como ha adquirido gran notoriedad, la gente acude a visitarle. No está falto de sabiduría por cuanto ha estudiado minuciosamente la ciencia del Vedanta, que es la ciencia del sufismo. Conversé con él durante seis gharis. Habla bien, tanto que ha causado una honda impresión en mí. También mi compañía parecía acomodársele. También mi venerable padre le visitó cuando regresaba hacia Agra después de la conquista del castillo de Asir, en la provincia de Khandesh, y siempre guardó buen recuerdo de él....



...Después se entrevistarme con Jadrup monté en elefante y atravesé la ciudad de Ujjain, arrojando a diestra y siniestra monedas hasta un importe de 3.500 rupias y, recorridos tres kos y tres cuartos, llegué a Daud-khera, lugar donde se alzó el campamento real. El tercer día, que era día de parada, fui después del mediodía a visitar a Jadrup, cuya compañía deseaba y de la cual disfruté durante seis gharis. También ese día pronunció buenas palabras y era casi de noche cuando entraba de regreso en mi palacio....


.....El miércoles 29 tuve una entrevista con Jadrup, austero asceta de la religion hindú, las circunstancias del cual quedan descritas en las páginas precedentes, y fui con él a ver Kaliyadaha. Su compañía es ciertamente un gran privilegio....


....Por segunda vez el sábado quise reunirme con Jadrup. Después de cumplir con la oración del mediodía subí a bordo de una barca para dirigirme a su encuentro, y al final del día disfruté de su compañía en el retiro de su celda. Escuché de él muy sublimes palabras sobre los deberes religiosos y la sabiduría de los asuntos divinos. Sin alabanzas desmedidas, expone claramente las salubables doctrinas del sufismo, deleitando al oyente con su discurso. Tiene sesenta años de edad. Tenía tan sólo ventidós cuando, renunciando a toda atadura externa, inició con determinación la senda del ascetismo, y durante treinta y ocho años ha vivido sin más atuendo que la desnudez. Cuando me retiré me dijo: “¿En la adoración de mi propia deidad, qué idioma debería emplear para agradecer a Alá la gracia de pertenecer al reino de tan justo rey, viviendo cómodo y contento, sin que el polvo del desconcierto caiga sobre el regazo de mi propósito?”...


...Hemos hablado en páginas anteriores sobre Gosain Jadrup, que vive en una hermita en Ujain. En estos días cambió su residencia a Mathura, una de los mayores lugares de culto de los hindúes, entregándose a la adoración del verdadero Dios en la orilla del Yamuna. Como yo apreciaba nuestra relación partí a presentarle mis respetos y disfruté largo tiempo de su compañía en ausencia de tercero alguno. En verdad que su existencia es gran ganancia para mí, por cuanto recibo importantes disfrute y beneficio...

......El lunes 12 aumentaron mis deseos de ver de nuevo a Gosain Jadrup y me dirigí a la hermita, donde disfruté de su sociedad. Cruzamos sublimes palabras. Dios Todopoderoso le ha concedido gracias inusuales, alto entendimento, ensalzada naturaleza y una muy aguda capacidad intelectual, con un conocimiento revelado y un corazón libre de las ataduras de esta vida, de manera que, dando la espalda al mundo y a cuanto hay en él, se siente feliz y sin deseos en su rincón de soledad. Por toda posesión terrenal ha elegido medio gaz de tejido viejo de algodón, como un velo de mujer, y un cuenco de barro para beber y tanto en verano como en invierno o en la estación de las lluvias vive desnudo, descalzo y sin nada que le cubra la cabeza. Se ha cavado un agujero en el que puede moverse con mil dificultades y torturas, al que se accede por un pasaje que un lechón apenas podría atravesar. Estos versos de Hakim Sanai, séale Dios clemente, resultan apropiados:

“Luqman tenía una estrecha celda,

Como el hueco de una flauta o el agujero de una mandolina.

Un necio preguntó a este gran anciano:

‘¿Qué tipo de casa es ésta, de dos pies y un palmo?’

Emocionado hasta las lágrimas, el sabio respondió:

‘Amplia es para quien tiene que morir’.”


El miércoles día 14 acudí otra vez a ver al Gosain para despedirme. Sin duda la idea de separarme de él pesaba sobre mi mente siempre deseosa de la verdad...

...Durante el reinado de mi padre, sea la luz de Dios su testigo, el peso de un seer equivalía a 30 dams y yo no veía razón para actuar de modo contrario, así que decidí que continuara siendo de 30 dams. Pero un día Gosain Jadrup dijo que en su libro de los Vedas, escrito por los maestros de su fe, el peso del seer era de 36 dams. “Como las coincidencias del mundo oculto han conducido a que la orden de Vuestra Majestad esté tan cerca de lo que dicta nuestro libro, si fijáis el seer en 36 dams, bien haréis.” Se dio orden de que en adelante y en todo mi territorio debía ser de 36 dams.


Ya lo véis. No sólo le visita siempre que está cerca de Ujain, sino que le deja decidir sobre el sistema de pesos que debe emplearse en el imperio entero.

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